lunes, 30 de abril de 2012

No todo el mundo te va a tratar bien,
Pero una vez que llegues a casa,
Yo estoy aquí amor,
Esperando por ti.

No lo olvides
En cuanto a mí, sigo creyendo en el paraíso. Sin embargo ahora sé que no se trata de ningún lugar concreto. Lo importante no es a dónde vas, sino cómo te sientes en el momento en que llegas a formar parte de algo. Y si encuentras ese momento, es para siempre

sábado, 28 de abril de 2012

No me importa que te guste o no el sonido de mi risa, ni cuando me pongo a chocar las palmas cuando río a carcajadas.
No te pido tu opinión sobre los días en los que estoy hundida, y prefiero no decir nada.
No te pido que preguntes porque cuando estoy mal en vez de llorar un rato me tiro días y días emparollada por pequeñas tonterías.
Puede que un día tenga ganas de dar abrazos a todo el mundo y sentir el calor de alguien, y que al otro sea la persona más fría del mundo.
Soy de las que se lo guarda todo para ella, y aunque las cosas no le gusten, prefiere callar lo que siente para no hacer sufrir a los demás.
Que cuando paso demasiada vergüenza me pongo roja como un tomate, lo sé, no me gusta, pero es mi manera de ser.
Es uno de los trocitos de mi puzzle, un puzzle imperfecto, al que siempre se le pierde una pieza.
Y luego vienen con el manual de instrucciones para explicarme como he de vivir.
Se piensan que pueden controlar mi vida, por el simple hecho de que parezca fuerte y por dentro esté hecha mierda.
Que porque algunos días estoy jodidamente jodida, y aún así conservo una amplia sonrisa y mis tonterías de siempre.
Esto es un juego, el juego más importante, y no tendría sentido que ganásemos siempre sin perder de vez en cuando.
O que juguemos con trucos, creo que es más emocionante dejándote llevar y sin saber lo que tienes que hacer.
Porque ahí está lo bonito, lo bonito que es equivocarse, mirar al pasado y decir "No lo haré jamás" y al día siguiente volver a cagarla aún más gravemente.
Comenzar a gritar por una pequeña tontería, y a los 2 minutos ir predicando un abrazo y volver a tener esa sonrisa.
Porque a base de pulsos y guerras el rey se hizo con la corona, y así siguió su dinastía sucesivamente, de padre a hijo.
Equivocarse es bello, ser siempre feliz, tener la misma rutina, resultaría demasiado aburrido.

martes, 17 de abril de 2012

Tal vez no fui lo que querías, ni resulté ser lo que necesitabas, pero una cosa es cierta; fui más de lo que merecías.

lunes, 9 de abril de 2012

¿Sabes lo que me pone mas triste?, pensar en los besos que no nos vamos a dar, en las cosas que no nos vamos a decir... ¿Qué tontería no?. Como se puede echar de menos algo que nunca ha ocurrido.
Ella sólo te romperá el corazón. Es un hecho. E incluso aunque te prevenga, aunque te garantice que ella sólo te lastimará, horriblemente, tú la perseguirás...¿no es maravilloso el amor?.
En ese momento supe que no era la mejor para ti, ni lo había sido nunca. Todas aquellas esperanzas que formamos un día juntos se derrumbaron de un sólo soplido, y en ese momento me sentí como el funambulista que pierde el equilibrio sobre la cuerda. Quizás tendría que haber sentido un poco más y haberte fallado un poco menos.
Y Quise llorar... Pero me aguanté y te fuiste...
Puede que te decepcionara una vez más, sé que esperabas una respuesta, esperabas un lo siento, me equivoqué, un perdón, un beso de despedida...
Pero yo, como siempre, permanecí callada, esta vez sabiendo que dejarte marchar fue lo mejor que había hecho por ti en todo aquel tiempo...
[...] Guardaba ese pedacito de ti como un secreto. No se lo había dicho a nadie más, quería algo privado, algo que no tuviese que compartir con nadie. Nunca te lo había dicho, pero a veces soñaba con tus dedos dibujándome en la espalda, enredandose en mi pelo, susurrándome al oído grandes verdades... O grandes mentiras, y a veces.... A veces me mirabas, como queriendo atrapar mi mirada, como si tu vida dependiese de ello... Y yo sonreía. ¿Sabes cuánto te quise? ¿Sabes cuánto te sigo queriendo ahora?.
Se acordó de mi. Incluso cuando el alzheimer parecía haber ganado por completo la partida, se acordó de mi nombre y de mi cara.
Es curioso, porque yo, que tengo una memoria excelente, sólo me acordaba de ella el día de Reyes...Y era porque me traía regalos.

A veces la gente te sorprende. A veces, nosotros somos los que no tenemos ni idea que el mejor regalo es aquella persona que permaneció siempre a tu lado. Aunque tu no lo supieras.

Y esta vez si es tarde para rectificar.
Lo único que tengo que hacer es pronunciar las palabras en voz alta, porque lo cierto es que le quiero. Le he querido siempre, le he querido desde el primer día, y le quería incluso cuando juraba que no lo hacía. Le quiero sin poder remediarlo.

...Y susurro las palabras que me cuesta pronunciar, las palabras que lo traerán hacia mi, las pronuncio una y otra vez y mi voz gana fuerza a medida que resuenan en la estancia. Sin embargo, cuando abro los ojos, estoy sola. Y entonces comprendo que he esperado demasiado tiempo.
Quizá porque mostrarse demasiado débil ante un amigo hace que después nos sintamos mal. Tal vez porque pensamos siempre que nuestro dolor es único, improbable, como todo lo que nos afecta. Nadie puede amar como amamos nosotros, nadie sufre como sufrimos nosotros. Ese dolor de barriga, precisamente,<<Lo tengo yo y no tú>>.
Y comprender que tal vez amar es otra cosa. Es saber que no pretendes apropiarte del corazón del otro, que no es tuyo, que no te toca por contrato. Debes merecerlo cada día. (…) Porque cuando alguien a quien quieres se te va, intentas detenerlo con las manos, y esperas poder atrapar así también su corazón. Pero no es así. El corazón tiene piernas que no ves. (…) El amor no es una deuda que saldar, no regala créditos, no acepta descuentos...
Después de un tiempo, uno aprende la sutíl diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender... Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes...y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.

Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores. Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno aprende.[...]

Pero desafortunadamente, sólo con el tiempo...
Te toca a ti comenzar la charla. Ya sabes la que nos debemos para aclarar los tantos, para que me cuentes cuántas mariposas viste morir en mi ausencia, cuántos soles cayeron de este cielo sin que me pensaras, cuántas noches no extrañaste mi cuerpo cerca de tuyo, en la constante búsqueda de calor por la cual te persigo por los confines de nuestra cama.

Empieza la charla tú, me debes explicaciones.

sábado, 7 de abril de 2012

De esas tardes de domingo que estás aburridas y no sabes que hacer.
De esas tardes de domingo en que le das la vuelta a todo.
De esas tardes de domingo en las que no sabes que hora es.
De esas tardes de domingo en las que no sabes hacia dónde va tu vida, qué hacer con ella.
De esas tardes de domingo raras.
¿Pero sabes que es lo peor de todo? Cuando esas tardes de domingo no caen en domingo.
-Te duele cuando toses, ¿Verdad?

-Sí.

-Pues bien, ese es un sufrimiento insignificante si lo comparas con lo que puede originar el amor. Algún día, es posible que tengas que pagar un precio muy alto por todo el placer y la alegría que el amor provoca. Y cuanto más intensamente ames, más intenso será el dolor futuro. Conocerás la angustia de los celos, la sensación de rechazo y de injusticia. Sentirás el frío hasta en los huesos, (...). La mecánica de tu corazón explotará... Conozco perfectamente los límites de su funcionamiento. Como mucho es posible que resista la intensidad del placer, pero no es lo bastante sólido para aguantar los pesares del amor (...)
Quieres enamorarte locamente de alguien, pero te interesa más enamorarte que la persona que te está enamorando. Actúas como si nada te afectara pero estás emocionalmente afectado. Además, tienes unos ojos muy grandes. Y eso a veces me asusta.
"Cuando yo tenía 5 años mi madre siempre me decía que la felicidad es la clave para la vida. Cuando fui al colegio ellos me preguntaron que quería ser de mayor, escribí feliz.
Me dijeron que no entendía la pregunta...
Les dije que no entendían la vida."
El piso estaba semidesértico. Era como si le hubieran robado exactamente la mitad de casi todo. Quedaban la mitad de los libros, la mitad de los CDs, la mitad de las películas, la mitad de su vida. La otra mitad se la había llevado él aprovechando su ausencia.
Paula se sentó en su mitad del sofá y contempló lo vacía que había quedado la otra mitad de su existencia. Y se volvió a peguntar por qué nos empeñamos en llenarla siempre con otra persona. Por qué llevaba años empalmando una pareja con la siguiente. Por qué, de todas las cosas difíciles e importantes que había aprendido a lo largo de estos años, nunca figuraba en la lista la asignatura pendiente de estar sola.

Otra vez a desilusionarse. Otra vez a perder las ganas. Otra vez a olvidarse de los hombres, a reírse de ellos con esa risa que bien podría confundirse con llanto. Otra vez a recuperar la ilusión. Otra vez a creer que será diferente. Otra vez a emocionarse con algo distinto. Y otra vez a vivir una mentira. Otra vez a descubrirla. Otra vez a desengañarse. Otra vez a quitarse media vida. Otra vez a quedarse sola en su medio sofá.
Como si de una venganza cínica se tratase, Paula había comprobado que su corazón era siempre divisible por la mitad. Y luego por la mitad de la mitad. Y después por la mitad de la mitad de la mitad. y así infinitamente. Pero de lo que nadie le había advertido es de que cada vez que lo dividimos, los sentimientos que pueden albergar nuestro corazón son más pequeños.
Y eso justamente lo que le estaba pasando a Paula. Que siempre que se enamoraba quería con todo el corazón sí, pero con todo el corazón que le quedaba. Esa era la parte que nunca nadie le preguntó. Me quieres, sí, pero con cuánto.
Yo te llevo el desayuno a la cama, no digo una vez ¿eh? digo todos los días de mi vida.

¿Fútbol? Lo justo. Algún partidillo, poco más.

Y te prometo que jamás tendré tripa.

A cambio de eso, no te pido nada, simplemente, que estés conmigo.


Ése es el trato.
Se conocieron muy tarde. O muy temprano, depende de cómo se vea el asunto.

Ella, con esas auroras boreales como ojos. Él, con todo ese romanticismo desbordado. Ella necesitaba, añoraba ese romance; él quería perderse en esas luces del norte.

El tiempo les jugó chueco, la vida les gastó un mal chiste, de esos que cuando terminan nadie ríe. Se enamoraron como sólo los soulmates lo pueden hacer. Se conocieron por entero: virtudes, defectos, malas mañas, problemas, tragedias, sueños secretos, vanidades…

¿Que cómo supo que algo estaba sucediendo? Una noche, después de una fiesta, los dos sentados en un taxi, con Linger de los Cranberries de fondo. Él la abrazó y ella amenazó con quedarse dormida en sus brazos. A él no le importó. Ella no pudo dormir ni un minuto porque sólo pensaba en lo que estaba sintiendo ahí, refugiada en los brazos de ese hombre que jamás podría complacerla. Él la acariciaba con ternura, con ese tipo de caricias que sólo los hombres enamorados saben dar. Ella se dio cuenta.

¿Qué cómo supo él que estaba enamorado? No lo sé, eso tendrían que preguntárselo algún día.

Se rompieron el corazón de mutuo acuerdo. No pueden estar juntos. No quieren estar juntos, porque si en verdad lo quisieran lo intentarían todo, pero no. Ambos son sensatos, realistas y demasiado románticos como para arriesgarse a perder todo “sólo” por intentarlo.

Que esta historia sólo exista en un mundo paralelo. Ahí podrán estar juntos, tomarse de la mano, caminar bajo un paraguas en una noche lluviosísima. Ahí él podrá darle tiernos besos, consentirla, contarle historias; ella podrá intentar cocinarle un platillo y llevarlo a bailar salsa. Ahí podrán ponerse ebrios hasta el amanecer y despertar juntos hechos mierda por la resaca. Él podrá preparar el desayuno, ella…

Lo malo de los mundos paralelos es que aunque se tenga conciencia de que pueden existir, en realidad no se pueden sentir, y cuando las cosas no se sienten –en este caso el amor-, no se tiene un carajo.

Estas fueron sus últimas palabras, porque no se hablará más del tema.



“Prometo que es lo último que te diré: Ayer, en ese momento y ese lugar, te amé con todo mi corazón, y aunque no pueda estar contigo, eres el amor de mi vida. Gracias por enfriar las cosas”.

“En estas cosas es todo o nada. Las medias tintas no valen. Eres mi príncipe azul, aunque no podamos estar juntos. Gracias por dejar que se enfríen y por tener la disposición de dejarlo ir”.

Siempre habrá cosas para las que nunca será el momento.

viernes, 6 de abril de 2012

No tengo miedos, tampoco dudas. Sé perfectamente cual es "mi gente". Sé de maravilla en quién debo confiar y quien me la clavaría por la espalda nada más que me diese la vuelta. Sé claramente quien daría todo por mí, y quien no daría ni una uña postiza. Sé perfectamente quien me valora, y también conozco de sobra a la gente que no tiene las narices suficientes para decir las cosas como hay que decirlas, a la cara. Y también se quien va a estar ahí en las buenas y en las malas. Sabes porque se esto? Porque ellas están ahí día tras día, si ellas, ellas están en los buenos momentos pero sobre todo están en los malos, que eso es lo que cuenta. Sabes que? Que cuando todo son risas y tonterías es muy fácil estar pero lo que de verdad cuenta es quien se queda y no se va cuando todo se complica.
 Nadie dijo que sonreír mientras por dentro tu corazón aguantaba el llanto te ayudara a esquivar el daño, nadie dijo que aguantar ese nudo grueso y punzante en tu garganta te hiciera olvidar todo lo que tu corazón no había olvidado, nadie dijo que seguir caminando te ayudara a olvidar el pasado, nadie dijo que llamar a la felicidad con todas tus fuerzas originará que ella te hiciera caso, nadie dijo que fuera fácil caer y levantarse sin tener miedo de seguir tropezando... pero quien lo intente obtendrá un buen resultado.

jueves, 5 de abril de 2012

Puede que no seas su primero, su último, o su único.

Ella amó antes, ella puede amar de nuevo. Pero si ella te ama ahora, ¿que más importa?

Ella no es perfecta, tú tampoco, y los dos nunca podrán ser perfectos juntos.

Pero si ella puede hacerte reír, hacerte pensar las cosas dos veces, y admitir que eres humano y cometes errores, aférrate a ella y dale lo más que puedas.

Ella puede que no piense en ti cada segundo del día, pero te dará una parte de ella que puede ser roto... su corazón.
Así que no la lastimes, no trates de cambiar su forma de ser, no analices y no esperes más de lo que pueda dar.
Sonríe cuando ella te haga feliz, hazle saber cuando ella te hace enojar, y extrañala cuando no esté allí.

martes, 3 de abril de 2012

Tengo ganas de ti.

-¿En qué estás pensando? ¿En tus padres?


-No, pensaba en ti.


-¿Y en que pensabas, si ni siquiera me conoces?


-Pensaba en lo bonito que es cuando no conoces a alguien pero lo tienes al lado, en los problemas que no tienes, en cómo te lo imaginas, en los juegos de la fantasía, en que vas donde quieres.


-¿Y dónde has llegado?


-Lejos.

domingo, 1 de abril de 2012