lunes, 9 de abril de 2012

[...] Guardaba ese pedacito de ti como un secreto. No se lo había dicho a nadie más, quería algo privado, algo que no tuviese que compartir con nadie. Nunca te lo había dicho, pero a veces soñaba con tus dedos dibujándome en la espalda, enredandose en mi pelo, susurrándome al oído grandes verdades... O grandes mentiras, y a veces.... A veces me mirabas, como queriendo atrapar mi mirada, como si tu vida dependiese de ello... Y yo sonreía. ¿Sabes cuánto te quise? ¿Sabes cuánto te sigo queriendo ahora?.

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