viernes, 29 de marzo de 2013

Hay veces que me pongo a pensar en las personas que quiero y viene a mi cabeza una larga lista de nombres. De esa lista, por supuesto, destacan los especiales, y en los especiales está él. No podría escribir todas las cosas por las que es especial, pero puedo decir algunas.
Él es especial porque para mí significa muchísimo. Es esa persona que sé que confiaría en mí en todo los momentos de mi vida,  que sé que lo ha dado, da y daría todo por mí. He tenido suerte de tenerle en mi vida, de tenerlo en mi vida. Él es la primera persona que me tocó nada más venir a este mundo. No recuerdo nada de ese momento, pero apuesto a que el momento en el que alguien tocó mi piel por primera vez fue tan importante para mí como para él, porque también fue la primera vez que él tocó algo que era totalmente suyo. 
Él me ha enseñado a andar, a hablar, a querer, a adorar cosas que quizás para otros sean insignificantes pero para nosotros no lo es. Me ha hablado cuando yo necesitaba que alguien me ayudase a comprender las  cosas y me ha enseñado que no todo es tan fácil ni tan difícil como lo cuentan, y que de lo que se dice por ahí, no hay que creerse ni la mitad.
Ha jugado mucho conmigo, me he reído mucho con él, me ha hecho pasar mucha vergüenza en algunos momentos de mi vida, y, como todo buen padre, me ha reñido cuando lo he necesitado.
Él es la persona que está ahí para apoyarme cuando yo pierdo la esperanza sobre que algo pase, y es él el que me da las soluciones cuando yo las he perdido.
Sé que es especial porque puedo contar con él para todo, porque sé que pase lo que pase y le cuente lo que le cuente, puedo confiar en él, porque va a estar ahí a mi lado.
Siempre va a ser mi Balú, porque espero que sepa que nunca se me ha olvidado que lo llamaba así.
Me acuerdo de ciertos momentos, cuando llegó el enano. Mejor no preguntar por qué, porque ninguno sabemos la respuesta, pero acabamos llamándole Meñuto.
Aunque algunas personas no lo creen, él vale muchísimo, y muchas de las personas que lo rodean no se han dado cuenta de eso, pero yo sí.
Sé que si ahora soy lo que soy, es en su mayor parte gracias a él.
Espero que la gente sepa que soy realmente afortunada de que esté en mi vida. Porque hay cosas que la gente no sabe, cómo que él se ha marchado a kilómetros y kilómetros de sus hijos con tal de ayudar a alguien que lo necesitaba. Que todo lo que tiene, sea mucho o poco, eso da igual, siempre lo da con tal de ayudar. 
Le valoro muchisímo, le quiero muchísimo. Yo siempre voy a estar ahí, con él, le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.
Creo que una de las mayores metas en mi vida es no defraudarle, por encima de todo lo demás que puede haber detrás, lo primero es que esté orgulloso de mi y que pueda decir con la cabeza bien alta que soy su hija, igual que yo puedo decir, y digo, que él es mi padre. Con la cabeza bien alta.

Te quiero demasiado Balú.





jueves, 28 de marzo de 2013

Pequeño idiota, pequeño payaso, pequeño gloop, pequeño tú. Esa persona tan especial capaz de hacerme rabiar con decir las tres palabras exactas. Esa persona con la que no puedo estar enfadada por mucho que quiera, o quizás deba decir, por mucho que lo intente. También eres capaz de hacer que me ría incluso cuando no quiero seguirte las gracias. Me atrevería a decir que eres la persona con la que más intercambio las palabras "te odio" cuando en realidad queremos decir " te quiero mucho pero ya te estás pasando". Cambiaría miles de cosas por vivir cualquiera de los momentos de estos 12 largos años, no importa cual, te dejaría elegir a ti. Creo que no hay ningún día en el que no me piques, te rías y acabes dándome un abrazo. Porque te sigo queriendo lo mismo por mucho que desaparezcas en verano y no vuelva a saber de ti, y que cuando te vea hayas hecho alguna locura  como cortarte o teñirte el pelo, que te cambie la voz y quedarme alucinada al verte, o cualquier otra de las tonterías que se te pasan por esa brillante cabeza.
Creo, bueno, afirmo que eres la persona más vaga que he conocido  en mi vida, más vaga y más dormilona. Eres de las pocas personas a las que le soporto todas las tonterías sin llegar a decirle que me olvide aunque sea durante una hora. Que doce años se dicen pronto, y no sabría decirte si se pasan o no rápido. ¿y por qué? porque estos últimos doce años han sido eternos, y ahora mismo desearía que no se acabasen. ¿dónde vas a acabar dentro de unos meses? ¿dónde vas a estar dentro de un año? ¿en qué parte del mundo vamos a estar cada uno? Y lo peor de todo.. ¿qué voy a hacer por las mañanas cuando necesite una de las bromas de mi gloop para animarme la mañana? ¿y cuando necesite uno de sus abrazos porque haya tenido un mal día? ¿qué voy a hacer cuando necesite picarme con alguien y tú ya no estés a mi lado? 
yo quiero seguir ahí, mirar al lado y que estés sentado, mirándome y haciendo gestos de subnormal que sólo tú sabes hacer. Yo quiero que sigas haciéndome reír a carcajadas hasta  que me duela el pecho. 
Quiero que pasen los años, es cierto, o que no pasen, lo que quiero es que sigamos siendo nosotros, que sigamos siendo los gloop, que no te conviertas en un bonito recuerdo que venga a mi cabeza cuando escuche una canción o mire una fotografía. Quiero que seas esa persona que esté ahí, pase lo que pase, después de los años. ¿Recuerdos? Por supuesto, muchos, quiero muchos, pero quiero recordarlos teniéndote al lado.


domingo, 10 de marzo de 2013

Ella

Yo, de ella, podría decir mucho. Podría decirte que lo que más me gusta de ella es su forma de ser. O quizás sea que cuando hablo de ella puedo decir el posesivo "mi". Me encantan todas esas noches veraniegas que hemos pasado riendo hasta la madrugada y, también hay que decirlo, las que no han sido veraniegas. Creo que la mayoría de los momentos divertidos de la infancia han sido con ella, por no decir prácticamente todos. Sólo a ella y a mi se nos podría ocurrir esos juegos, llamémoslos originales, y hacer esas increíbles pócimas que tanto enfadaban a nuestra abuela. Debería nombrar también todos esos bailes de nochevieja, o cuando jugábamos a ser cantantes en el patio de tu casa. Los baños nocturnos en la piscina, las manualidades de verano, las horas en el singstar, las partidas de futbolín, porque tengo que decir que nunca encontraré una delantera como tú, los campeonatos de wii, las rutas de bicicleta, esas que hacíamos en verano y terminábamos cumpliendo tan sólo durante dos días. No podemos olvidar las escapadas nocturnas a la cocina. Podría decir de ella que hace el tonto a todas horas, aunque lo correcto sería que hacemos el tonto a todas horas, cuando estamos juntas. No puedo nombrar en un texto todos los momentos que hemos vivido durante casi 18 años, eso sería materialmente imposible. Pero estoy segura, que ella, a sus increíbles 20 años, seguirá haciendo conmigo momentos únicos. Espero que siga haciendo conmigo millones de momentos únicos.



sábado, 9 de marzo de 2013

Recuerde el lector que las bellas durmientes acaban poniéndose rulos para ir a la cama y recuerde la lectora que los príncipes azules se viste de paisano cada mañana para ir a la oficina.

sábado, 2 de marzo de 2013

-Demuéstrame que me quieres

- te quiero, ¿no te basta con que te lo diga? el trato era que te quedabas si yo te quería, y eso hago

- los te quiero no se demuestran con palabras, sino con hechos

-¿y qué es lo que quieres? ¿que aparezca cada día en tu casa con un ramo de rosas y una caja de bombones? ¿que te lleve todos los días a ver las estrellas? ¿que te compre todos y cada uno de tus caprichos sin sentido? ¿que te de un paseo en un descapotable? ¿que te llame a todas horas y te mandes mensajes empalagosos? ¿eso es lo que quieres?

-no, por supuesto que no, no lo soportaría

-¿entonces? ¿qué es lo que quieres entonces?

- todo es mucho más sencillo.- ella lo miró a los ojos por unos instantes- yo no quiero un chico que esté siempre encima de mí, diciéndome todas las tonterías que aparecen en los libros de adolescentes o en esas películas tan empalagosas que no soportarías ver dos veces seguidas. Sólo quiero un chico normal, de los de ahora, de lo que prácticamente no maduran hasta que han cumplido los treinta. Y lo que quiero no tiene nada que ver con venir a verme todos los días con peluches y flores, solo necesito que me llame cuando le apetezca oir mi voz, que me mandes un mensaje de buenas noches sólo si realmente le apetece, que si quiere que me quede, pero que me quede de verdad, que me lo pida, porque lo haré en ese mismo instante. No quiero un paseo en descapotable, prefiero que me lleve a hacer cosas que a él le gustan, aunque sea con sus amigos. Quiero que sea tal y como es, pero que demuestre que le importo. No se trata de estar conmigo todos los días, ni todas las noches. Nunca le prohibiré estar con sus amigos, aunque me encantaría que mientras que esté con ellos se acuerde de mí. Nunca le pediría que me cambiase por todos los que le importan, jamás, tan sólo espero que me nombre cuando le pregunten por la gente que le preocupa. ¿y sabes que quiero? que en vez de llevarme a ver las estrellas me lleve a tomar cervezas con sus amigos, porque sé que él valora más eso que mirar al cielo en silencio. Quiero que me gaste las mismas bromas que a los demás, pero siempre con cariño. Quiero ser esa que está en su cabeza cuando le digan, piensa en una chica. Quizás quiero muchas cosas, pero yo lo veo simple, todo se resume en uno. Simplemente quiero que me digas las cosas cuando las sientas de verdad, o que no me las digas, sólo que hagas las cosas cuando te apetezca. Porque prefiero estar una semana sin verte y que cuando nos veamos tú estés deseando hacerlo, a que nos veamos todos los días y yo no vea ese brillo de felicidad en tus ojos. 

-¿y qué ocurrirá si me paso tres días sin darte las buenas noches, o sin llamarte por la mañana para darte los buenos días?

-nada, no ocurrirá nada

-¿nada?

-no, porque cuando lo hagas, sabré que lo sientes de verdad

-te quiero-ella volvió a mirarle, quizás algo aturdida

-¿qué?

- me has pedido que te diga las cosas cuando las sienta de verdad-ella asintió, con el ceño ligeramente fruncido- pues te quiero.