domingo, 10 de marzo de 2013

Ella

Yo, de ella, podría decir mucho. Podría decirte que lo que más me gusta de ella es su forma de ser. O quizás sea que cuando hablo de ella puedo decir el posesivo "mi". Me encantan todas esas noches veraniegas que hemos pasado riendo hasta la madrugada y, también hay que decirlo, las que no han sido veraniegas. Creo que la mayoría de los momentos divertidos de la infancia han sido con ella, por no decir prácticamente todos. Sólo a ella y a mi se nos podría ocurrir esos juegos, llamémoslos originales, y hacer esas increíbles pócimas que tanto enfadaban a nuestra abuela. Debería nombrar también todos esos bailes de nochevieja, o cuando jugábamos a ser cantantes en el patio de tu casa. Los baños nocturnos en la piscina, las manualidades de verano, las horas en el singstar, las partidas de futbolín, porque tengo que decir que nunca encontraré una delantera como tú, los campeonatos de wii, las rutas de bicicleta, esas que hacíamos en verano y terminábamos cumpliendo tan sólo durante dos días. No podemos olvidar las escapadas nocturnas a la cocina. Podría decir de ella que hace el tonto a todas horas, aunque lo correcto sería que hacemos el tonto a todas horas, cuando estamos juntas. No puedo nombrar en un texto todos los momentos que hemos vivido durante casi 18 años, eso sería materialmente imposible. Pero estoy segura, que ella, a sus increíbles 20 años, seguirá haciendo conmigo momentos únicos. Espero que siga haciendo conmigo millones de momentos únicos.



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