Se acordó de mi. Incluso cuando el alzheimer parecía haber ganado por completo la partida, se acordó de mi nombre y de mi cara.
Es curioso, porque yo, que tengo una memoria excelente, sólo me acordaba de ella el día de Reyes...Y era porque me traía regalos.
A veces la gente te sorprende. A veces, nosotros somos los que no tenemos ni idea que el mejor regalo es aquella persona que permaneció siempre a tu lado. Aunque tu no lo supieras.
Y esta vez si es tarde para rectificar.
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