martes, 12 de agosto de 2014

Hoy hace 22 agostos que nació una sonrisa. Y lo llamo así, porque cuando pienso en su nombre, siempre me lo imagino sonriendo. Qué suerte que compartas eso conmigo. Parece mentira que, con lo poco que me gustan los botellones, estuvieses allí una noche de junio para poder hablar de algo. 
Luego vino Cáceres y, además de una maleta, muchos nervios y estar algo así como más perdida que en una selva del amazonas, también llevaba risas los domingos. Conseguiste alegrarme todas esas tardes de coche cuando lo que menos me apetecía era recorrer los 94 kilómetros y me contabas chistes tan malos, que ya por inercia, casi me reía antes de escucharlos. Para lo mal que dices que se te dan las matemáticas, me hiciste ver que sabes contar cuando enumerabas gatos, me contabas historias divertidas y me decías que eres malísimo con los legos. Y, además de enseñarme música, también hacías imitaciones dignas de un club de comedia. Gracias por hacerme fácil Cáceres, por ser un super veterano que me pinto la cara y me hizo llevar su nombre tres días en el brazo. Gracias por estos carnavales y por ser así.
Algún día entenderé todo lo que me dices en francés y conseguiré ser yo la que se quede contigo. Espero que sigamos compartiendo febreros, chistes malos, risas y música, que sigamos compartiendo años. Y que tú cumplas muchos, muchísimos sueños más. 22 abrazos, 22 besos y 22 felicidades más.

- Alicia López

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