lunes, 5 de agosto de 2013

Mirar las olas y escuchar a las estrellas.

Un par de copas y alguna que otra carcajada. Recuerdo cuando me dijiste que mis ojos eran lo más bonito que habías visto. Y que mentira más grande era y lo mucho que a pesar de todo me hacía sonreír cuando lo escuchaba de tu boca. Pensé en la de veces que te  había dicho que eras perfecto aunque no crea que las personas perfectas existan. Pero si lo eras para mí. Ya sabes, tus defectos complementaban a los míos, que no son pocos la verdad, y diciéndote eso me podía pasar las horas.
Aquí estamos otra vez, en el mismo sitio que hace un año,  escuchando las olas y mirando las estrellas, o como tú decías, mirando las olas y escuchando las estrellas, porque siempre dijiste que nosotros íbamos al contrario. Y lo que adoraba que lo fuésemos.

- ¿te acuerdas hace un año en este sitio?


Y cómo no iba a acordarme, si tus labios eran los más bonito que me había tocado. No te respondí, pero supiste entender mi silencio.


-¿vas a volver a tropezar con la misma piedra?


- yo no lo llamaría tropezar, lo llamaría lanzarme de cabeza a abrazarla


- no tiene sentido abrazar algo que no tiene brazos para abrazarte a ti- sonreíste más para ti mismo que para el resto del mundo- a no ser que esa piedra sea yo, y no es por molestar pero que piedra más sexy


Y otra carcajada. Admitamos que soy un poco masoquista, pero ese era uno de los defectos que tu complementabas.


- echaba de menos escuchar las estrellas contigo, hacerlo sola no es lo mismo



- brindemos- me sonreíste de lado, porque sabes que me desarmas de ese modo- por lo primero que se te pase por la cabeza.

Y se me pasó un "el verano pasado", y sonreíste. Habías vuelto a ganarme.

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