domingo, 3 de junio de 2012


Me gustaba dejarle mensajes.

Pedazos de papel en cada cosa que yo sabía que vería.

Un “Buenos días” pegado a la taza del café.

Un “no te hace falta” encima del maquillaje.

Compraba parches duritas y ponía encima un “Para que las heridas sanen rápido”.

Un  “Si me necesitas, llámame, sin importar el horario ni con quien esté, tu eres mi primero, mi  segundo y mi tercero” encima del celular

Pero lo que más me gustaba era dejarle un “ te amo” pegado cerca del corazón.

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