No me gusta el silencio. Ese silencio absoluto que hay en algunos lugares hace que se me ponga el pelo de punta, que no me sienta cómoda y que el sitio en el que me encuentre parezca oscuro, tenebroso y sin vida. Sin embargo, tampoco me gustan los pequeños ruidos en mitad de la noche. Ellos hacen que esté alerta, que compruebe todo lo que me rodea y que desconfíe de cada sombra.

¿Pero sabes que es lo que sí me gusta? Me gustas tú, me gusta un tu y yo, un nosotros. Me gusta una tarde de verano contigo, me gustan tus ojos, tu pelo, tus abrazos, me gusta que me mires y sonrías, me gustan tus canciones.