miércoles, 11 de julio de 2012

Hay personas que entran en tu vida y lo cambian todo, persona por las que vale la pena parar, respirar y valorar, valorar lo que realmente importa, los detalles, las pequeñas cosas. Cosas como el agua de mar, las nubes, una mirada de ésas que lo dicen todo, unos ojos como los tuyos, el modo en que me sonríes, ese abrazo infinito mezclado de sal, los balcanes del estómago, tus manos, despertar a tu lado, esos detalles que hacen que todo tenga sentido, incluso lo que hasta el momento de conocerte creí que no importaba, son esas pequeñas cosas las que lo cambian todo, las que provocan que haga las maletas y salga corriendo sin importarme donde, siempre y cuando el destino seas tú, las culpables de que me hayan brotado alas.
Tú, de esas personas que aparecen y lo cambian todo y hacen que ya nada importe y, a la vez, que todo empiece a importar.
Abro los ojos y sé que estas, y me dejo llevar sin pensar ni hacia donde ni a qué lugar porque nada importa si tú estás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario