Y ahí está, lo ves, viene hacia ti deprisa y acelerado, como si no aguantase más sin verte, corres, nerviosa porque le necesitas, es un sentimiento mutuo. Y bajas las escaleras, sin importar nada más, y el frío de la calle te golpea pero a ti te da igual porque lo que te importa es que te abrace, y los dos corréis y te abraza fuerte y te dice que te quiere, que nunca se irá. Entonces es cuando te despiertas
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