jueves, 4 de febrero de 2016

Ahí va la niña.

Ahí va una niña, con cara de buena, recién maquillada, sabiéndose guapa, cerrando la puerta en la cara de un niño con granos y pecas, y sexo a escondidas, con fotos que sube la niña posando en las redes que atrapan al niño que mira.
 
Y ahí va la niña, sin tragar el humo, mirándose quieta en cristales de coches que habitan la cera y el niño en la otra, creciendo la pierna del medio, se sabe perdido y la espera como cada tarde sin que ella lo sepa.
 
Y ahí va la niña, con otro más guapo, pero sin bandera, sacándose fotos en moto sin casco y el niño  no sabe, lo mucho que vale, y vuelve a las redes, que nunca sociales. Y espera el recreo, y una de esas tardes le dice "te quiero, hoy vengo a buscarte". Y ella dirá que no, y él perderá una vida. Y así se hará mayor, y el sentirá el adiós de un beso en la mejilla...
 
Ahí va una vieja, llorando a escondidas, con coche de empresa, buscando una niña que sale de clase. Ahí va ese padre, felizmente tarde, con una señora con cara de dama, un niño con pecas se sube al Volkswagen. La prisa les hace casi darse con una señora y su niña. Levantan la vista, la dama no entiende por qué los dos lloran si no ha pasado nada. Y el hombre la mira, quince años más viejo, se acerca al espejo y con voz de familia le dice a la niña con cara de buena "sigue usted sin verme".
 
La niña suplica, el hombre contesta vaciando una vida... "tarde".
 
 
- Andrés Suárez

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