miércoles, 5 de agosto de 2015

"Todos tenemos miedos, 
aunque lo bueno de esta vida 
es que nadie nos pregunta 
cuáles son los nuestros."
- Albert Espinosa.

Y es cierto que todos tenemos miedos escondidos que no le contamos a nadie. Como el miedo a la muerte, a la soledad, a estar a oscuras en un sitio que no conoces, a los finales y las rupturas, a no estar a la altura y dejarnos caer, morir y matar incluso cuando somos nosotros mismos los que apretamos el gatillo. 

Llevo toda la vida intentando superarlos, extirparlos y sacarlos de mi mente como aquel que se quita la muela del juicio cuando duele. Qué fácil sería todo si pudiésemos filtrar los recuerdos. Podríamos quedarnos con el primer beso, la primera declaración de amor, la primera matricula en la universidad, el primer baile, la primera cita, la última copa del viernes con los de siempre, la primera vez que te declaraste a alguien, los abrazos de tu mejor amigo después de mucho tiempo sin verle... Eliminariamos la primera vez que nos mintieron, la vez que decidieron infravalorarnos, las despedidas, la primera vez que lloraste por algo importante o la primera vez que te partieron el corazón. 

Tardé diecinueve años en encontrar a alguien que me mirase a los ojos y me dijese que quería saber todos mis miedos para estar a mi lado entonces. Me pareció precioso porque fue la primera persona que en lugar de intentar evitarlos quiso quedarse a pasarlos conmigo. Y me parece la forma mas bonita de crecer. 

Desde ese día compartimos los pánicos y la vida, y a mi sólo me aterra una cosa: perderle ahora que me ha encontrado. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario