viernes, 6 de junio de 2014

Hace 269 días desde que llegue a Cáceres por primera vez en septiembre. Para qué engañarnos, iba más acojonada que cualquier niño en su primer día de colegio de una nueva ciudad. El problema es que a mí no me iban a llevar mis padres de la mano y, quise volver a tener tres años para que lo hiciesen. Luego es cuando llegas a clase el primer día, y después de escuchar de la boca de unos profesores algo que te suena a lituano, llega el momento de aprenderte los nombres de decenas de cara nuevas, cada una más pintada que la siguiente.
Tras las primeras semanas empiezas a darte cuenta de que quizás no eres la única persona que empezó sin saber que hacer, que tenéis mucho en común, o quizás nada, pero que entre ellos hay una serie de personas que empiezan a ser más de lo que esperabas encontrarte. Y al final, después de estos meses, sólo me queda daros las gracias por todo lo que habéis hecho, y todo lo que hemos conseguido. Es que no podría cambiaros por nada, habéis conseguido ser mi trocito de Cáceres, y mis pedacitos de Extremadura. 
Sólo pido que sigamos con esto. Que sigamos brindando por muchas cosas. Por las risas en clase y en el bus, por la manera de hacernos las prácticas entretenidas, por el karma, el foster y todas y cada una de las veces  que hemos salido "sólo a tomar algo". Por vosotros joder, que habéis hecho que primero de enfermería sea una de las mejores experiencias de mi vida.


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