martes, 24 de diciembre de 2013

Hoy es un día especial y no por ser noche buena. Hace once años que para nosotros el 24 de diciembre es algo más que todo eso.  En 2002 nació la pequeñaja y desde entonces la hemos visto hacer el trasto con nosotros. Desde ese día dejamos de ser los cuatro para empezar a ser los cinco. 
Mi rubia preferida, la pequeña Mery. A la que hemos visto aprender a hablar y a andar, a la que hemos enseñado a jugar y la que se ríe a carcajadas cuando s su primo mayor empieza a hacer el tonto porque ya no hay quien lo pare. 
Cada día se hace más mayor esa niña que tantas veces ha conseguido sacarme de quicio, pero que a la vez es la que más me abraza cada vez que la veo.  La que deja que la peine y adora que le haga trencitas en el pelo. Ella es una de esas personas que hizo que me gustasen los jueves porque significaba que la veía.
Pero es que por muy grande que se haga, por mucho que crezca, siempre será  mi enana. Que por ahora son 11, pero nos quedan muchas más noches buenas, navidades y, claro está, muchos más años juntas. Que tenemos que enseñarnos muchas cosas, que tenemos que abrazarnos muchas veces. Y tenemos aún mucho que reñir para acabar diciendo que nos queremos. 
Por todo lo que pone aquí, y por todo lo que falta. Feliz cumpleaños pitufa.


 


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