domingo, 1 de septiembre de 2013

La primera vez que la vi todo en mi cabeza se aclaró. Todos los ticks, todas la imagenes que siempre se repetían simplemente desaparecieron. Cuando tienes un trastorno obsesivo compulsivo realmente no tienes momentos tranquilos. Incluso en la cama estás pensando: ¿cerré las puertas? Sí ¿me lavé las manos? Sí. 

Cuando la ví en lo único que podía pensar era en la forma de sus labios y la pestaña en su mejilla. Sabía que tenía que hablarle. La invité a salir 6 veces... en 30 segundos. Ella aceptó a la tercera pero ninguna de las veces que le pregunté se sintió bien así que insistí.
En nuestra primera cita pasé más tiempo organizando mi comida por colores que comiendo o hablando con ella. Pero a ella le encantó. Le encantaba que tuviera que besarla 16 veces para despedirla o 24 si era miércoles. Le encantaba que caminase despacio a casa porque había muchas grietas en el camino. Cuando nos fuimos a vivir juntos decía que se sentía segura como si nadie nos fuera a robar porque yo había cerrado la puerta 18 veces. Yo siempre miraba su boca cuando hablaba. Cuando me decía que me amaba su boca se curveaba hacia los bordes. En las noches se acostaba en la cama y me veía apagar las luces y encenderlas y apagarlas, encenderlas, apagarlas, encenderlas, apagarlaa. Ella cerraba los ojos e imaginaba que los días y las noches pasaban frente a ella.

Algunas mañanas empezaba a besarla para despedirme y ella se iba solo porque llegaba tarde al trabajo. Cuando me detenía en las grietas del piso ella seguía caminando. Cuando decía que  me amaba su boca era una línea recta. Un día me dijo que yo estaba quitándole mucho tiempo. La semana pasada empezó a dormir en casa de su madre. Me dijo que no debió permitir que me apegara tanto a ella. Que todo esto había sido un error. Pero ¿cómobpodría ser un error no tener que lavarme las manos después de tocarla? El amor no es un error. Me está matando que ella se pueda ir y yo no. No puedo salir y encontrar a alguien nuevo porque siempre estoy pensando en ella. Normalmente, cuando me obsesiono con algo veo gérmenes metiéndose por mibpiel, me veo a mí mismo siendo atropellado por una fila infinita de coches, y ella es la primera cosa hermosa en la que alguna vez me he estancado.

Quiero despertar todas las mañanas pensando cómo agarra el volante, cómo mueve las manijas de la ducha como abriendo una caja fuerte. En cómo sopla las velas...cómo...

Ahora sólo pienso en quién está besándola. No puedo respirar porque él solo la besa una vez, no le importa si es perfecto.

La quiero de regreso, tanto que dejo la puerta sin cerrar, dejo las luces encendidas.

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