lunes, 10 de diciembre de 2012

Ella deseaba con todas sus fuerzas que él volviera a visitarla. Que fijase su mirada en ella, que rozase sus curvas con sus manos, que la acariciase como solo él sabía hacerlo. Cada noche, cuando las estrellas brillaban en el oscuro cielo, el iba a los confines de la habitación y la buscaba en medio de la oscuridad. La abrazaba con fuerza y la acariciaba, mientras de sus labios salían,en pequeños susurros, las palabras más bonitas que podían escucharse. Y así, cada noche, cuando la soledad acechaba, él iba en su busca, en busca de consuelo, y la acariciaba suavemente mientras muy bajito susurraba. Tenía la esperanza de que, algún día, una chica de verdad se enamorase y él pudiese decirle esas palabras que cada noche susurraba entre caricias a su guitarra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario