Un señor de unos 80 años llega al hospital a que le curen pero está muy inquieto. Cuando ve al médico le dice que por favor se de prisa, pues tiene una cita muy importante a las 9. El médico le dice que se siente y que ahora está con él, pero el médico es consciente de que el señor no va a llegar a tiempo a su cita, pues ya son las 8.30. Al ver que el señor sigue tan inquieto el médico decide empezar a curarle el dedo y mientras lo hace, lleno de curiosidad le pregunta:
-¿cuál es esa cita tan importante? ¿es que tiene que ir usted a otro médico?
- no- respondió el señor- tengo que ir al geriátrico a desayunar con mi mujer
-¿está ella enferma?- volvió a preguntar el médico
-sí, tiene alzheimer
-¿y se enfadará si usted no va a desayunar con ella?
-no, ella ya hace cinco años que no me reconoce, no sabe quien soy
-¿ y aún así usted sigue yendo todo los días a desayunar con ella? ¿aunque no le reconozca?
-si, porque aunque ella no sepa quien soy yo, yo sé quien es ella y la amo.
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