viernes, 17 de febrero de 2012

Romeo y Julieta


Romeo: Si profano con mi indigna mano este sagrado santuario, pecado será. Mis labios, peregrinos ruborizados, quisieran hacer penitencia con un dulce beso.

Julieta: Buen peregrino, no riñas tanto a tu mano que demuestra un gran fervor a esto. Pues hasta las manos de los santos tocan a las de los peregrinos, y el tocar palma con palma es el beso del palmero.

Romeo: ¿No tienen labios los santos, ni los piadosos palmeros?

Julieta: Sí, peregrino. Labios para usar en la oración.

Romeo: Entonces, querida santa, deja que los labios hagan como las manos. No conviertas fe en desesperación.

Julieta: Los santos no se mueven cuando acceden a las suplicas

Romeo: Entonces quieta mientras recojo el efecto de mi oración


Romeo: Así quedan mis labios limpios de pecado por los tuyos

Julieta: ¿Entonces lo míos tienen ahora el pecado?

Romeo: ¿Pecado de mis labios? Me reprochas con dulzura, devuélveme mi pecado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario